viernes, 30 de agosto de 2013

CINE BASURA: Perdidos en Tokio (Lost in Translation, 2003)

Por Luel

Para ser sincera desde que leí la sinopsis me imaginé que no sería la mejor película romántica que hubiese visto, sin embargo, por algunos detalles que resaltaban decidí darle una oportunidad. Terrible decisión.

La historia comienza en Japón donde una joven pareja comprendida por un fotógrafo –bastante superficial y tan sin importancia en la historia que ni recuerdo el nombre de su personaje– y su esposa Charlotte –una joven vacía, sin propósito alguno en la vida más que el de seguir fielmente y hasta el cansancio los pasos de su “amado” esposo sin hacer nada por si misma– residen durante unos días en un hotel por motivos laborales –obviamente del esposo–. Al mismo tiempo en dicho hotel se hospeda Harris, un viejo actor –con su carrera yendo al declive por lo visto, aprovechando la fama que alguna vez en su época de juventud le dio frutos– que se encuentra lejos de casa y de su también “amada” esposa y familia.

En este punto se pueden imaginar lo que va a suceder durante los 100 minutos restantes, y lo resumiré así: podemos ver cientos de escenas –muy bellas, por cierto– de paisajes de Japón, la ciudad, sus costumbres, sus habitantes y demás; podemos ver a Charlotte haciendo nada aquí y haya, preguntándose si en verdad ama a su esposo como si de una adolescente se tratara; podemos ver a Harris avergonzándose en las sesiones de fotos publicitarias de una bebida alcohólica y en un programa japonés en el que entiende absolutamente nada; y podemos ver tres segundos al esposo de Charlotte muy feliz de la vida tomando fotos y hablando japonés. Cabe recalcar que todo ocurre en un lapso de tiempo muy amplio, lo cual hace de esta película un completo fastidio.

Nos expresan muy claramente, quizás demasiado claro, las dificultades y barreras que tienen los personajes de Harris y Charlotte al desconocer las costumbres y el idioma de aquella ciudad. También nos muestran que lo que estos dos personajes sienten por sus parejas es nada, ya que con una gran facilidad se olvidan de ellas juntos, perdiéndose en la ciudad  como un par de jóvenes enamorados de manita sudada ya que ni escenas de sexo hubo. Una lástima. De amor tampoco podemos hablar ya que el concepto que se maneja en la película podría reducirse a lo que un pre-adolescente siente por su noviecita de la secundaria: “para pasar el rato”, y esto es con ambas relaciones, tanto las originales como el pequeño engaño/romance.

Lo único bueno que posee la película es la imagen impecable, las grandiosas escenas en las que puedes admirar una cultura que no cualquiera conoce, la selección musical y a la hermosa de Scarlett Johansson, que para decepción de muchos, no pierde ni una sola prenda de vestir. 

Fácilmente podemos concluir que el presupuesto se gastó en llevar a todo el elenco y producción a Japón, comprar los derechos de las canciones y Scarlett Johansson, olvidándose por completo de los guionistas y escritores.

2 MOJONES [*]

No hay comentarios:

Publicar un comentario