Una película que trata sobre un caracol muy rápido, con unos carteles de promoción donde se ve el pobre trabajo de animación y poca publicidad de por medio, son señales de alerta para una película mediocre. Pero tenía algo a su favor, y es que fue hecha por Dreamworks, el estudio que hizo películas como Shrek, Kung-Fu Panda y Megamente, todas ellas películas buenas y bajo el amparo de estas le podíamos dar al caracol el beneficio de la duda.
Turbo narra la historia de un caracol que vive su lenta vida soñando con la velocidad. Al no ser aceptado por su deseo de ser rápido se va de casa, cuando por accidente termina en el interior del motor de un auto de carreras donde entra en contacto con óxido nitroso, lo que le da increíbles poderes automotrices. ¿Qué son los poderes automotrices se preguntarán? Pues es rápido como un auto de carreras, sus ojos encienden como luces delanteras, tiene estéreo integrado en su cabeza usado su boca como sintetizador y hasta tiene alarma (con beep-beep y todo). A partir de aquí Turbo usa sus poderes como atracción de un restaurante para después competir en las 500 de Indianápolis contra autos de verdad y demostrar lo rápido que es. Fin.
Básicamente esa es toda la película. Ridículamente absurda, estúpidamente fantasiosa y monótonamente predecible. Aparecen muchos personajes en escena, caracoles y humanos, pero son tantos que en realidad cada personaje solo tiene sus 3 líneas de escena para ser olvidados por el resto de la historia. Constantemente vemos giros y situaciones que no llevan a ningún lado. Y conformo nos acercamos al desenlace los pocos minutos nos parecen eternos cuando te das cuenta que la historia no tiene mucho que contar y solo rellena con chistes.
Muchos podrían defenderla con la frase “Es una película para niños”. Pero no podemos perdonar todas las fallas por ese hecho. Las películas antes mencionas de Dreamworks también eran para niños y eran muy buenas, todas producto de un trabajo arduo que las hizo ser lo que son. En Turbo, haciendo honor a su nombre, se nota que todo fue en prisas para lanzar una película para niños en el verano, con todo lo que implica: juguetes, videojuegos, revistas, cajita feliz, etc.
Tenemos que tener muy claro que debe existir un conflicto perfecto entre hacer una película para niños, y que estemos satisfechos con el trabajo realizado. Al final del día son los padres los que van a llevar a sus hijos a ver la película, y no es para nada gracioso terminar viendo una película tan idiota donde el único mensaje positivo es “No hay sueño demasiado grande ni soñador demasiado pequeño”… una frase que queda manchada por el mismo guion de la historia, porque vemos como se le agrega entre líneas la expresión “… siempre y cuando tengas súper-poderes”. Perdón Dreamworks, pero no todos los niños son estúpidos.
3 MOJONES [*]